Que frustrante es saber que tienes un equipo soñado, donde las competencias calzan casi milimétricamente con los retos de la organización, pero que en el día a día marchan desarticulados y los resultados que se obtienen, en el mejor de los casos, se alcanzan con una fricción desgastante. Liderar equipos de trabajo no es simplemente una cuestión de coordinar tareas; implica comprender a fondo las dinámicas de grupo, las motivaciones individuales y cómo maximizar el potencial de cada miembro para lograr los objetivos comunes.
La importancia de liderar equipos de trabajo con cohesión
Como en el fútbol, el director técnico es el responsable de dar sentido de cohesión a un equipo, sacando de cada integrante lo mejor de sí, destacando y desarrollando las fortalezas individuales que serán usadas en una posición específica, en pro de la construcción de un todo y, por otro lado, entendiendo las debilidades para evitar responsabilidades, funciones o tareas que los pongan en dificultades. Liderar equipos de trabajo implica también identificar y utilizar los talentos naturales de cada miembro, lo que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proyecto.
Deberíamos dar casi por sentado que si un colaborador ocupa un puesto de trabajo en una organización, es porque al menos sus competencias técnicas están cubiertas para los requerimientos que demanda un determinado cargo. Sin embargo, no necesariamente esos conocimientos y preparación van de la mano con los perfiles y fortalezas de muchas personas. Es por ello que podemos ver ingenieros en cargos comerciales, químicos en posiciones financieras, artistas en el área de comunicaciones integradas, y autodidactas como grandes desarrolladores de aplicaciones. Es posible que la etapa de la vida en donde elegimos estudiar una carrera profesional no sea compatible con el nivel de madurez, es decir, aún no somos conscientes de lo que queremos a una edad temprana y, tal vez por presiones externas, debemos elegir sin descubrir nuestra verdadera vocación.
Usa los talentos naturales para liderar equipos de trabajo
Descubrir los talentos naturales de tus colaboradores es el camino donde conseguirás la menor oposición que dificulta el desenvolvimiento eficiente de tus integrantes y el estado de plenitud (si se puede decir), de cada uno de ellos. ¿La finalidad de esto? Tener un equipo en “Estado de Flujo” (nombre acuñado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi en 1975), que se caracteriza por lo siguiente:
Que cada integrante se concentre en lo mejor que sabe hacer.
Incrementar los ciclos de experiencia óptima dentro de las horas de trabajo.
Mejoras en el sentido de control sobre los procesos que maneja.
La tarea que realiza es una recompensa en sí misma, antes, durante y después de la ejecución.
Pero, ¿cómo saber cuál es el perfil de los integrantes de mi equipo? Existen numerosos test psicométricos y de personalidad que nos dan indicios de cuáles son las características que componen los arquetipos de cada uno de ellos. Sin embargo, a través de un fino sentido de la observación e indagación personal, podemos dar con ellos. Para liderar equipos de trabajo con eficacia, es necesario tener una comprensión profunda de estas dinámicas.
Personalmente, me inclino por usar el Perfil Wealth Dynamics, el cual es un test que descubre cuál es el camino natural de cada individuo a través de 8 tipos de personalidades que nos ayudarán a darle dirección y posicionamiento a cada integrante.
Este diagrama nos da la relación entre los ocho Perfiles de Talento, mostrando lados opuestos en la forma en que pensamos y en la forma en que actuamos. Liderar equipos de trabajo requiere entender estas diferencias y utilizarlas para beneficio del equipo.
Nota que algunos de nosotros somos más soñadores, creando a través de la innovación; esta es la energía 'Dynamo' en la parte superior del cuadrado. Otros necesitan evidencias tangibles que les permitan dar valor a través del tiempo; esta es la energía 'Tempo' en la parte inferior del cuadrado.
Dentro de nuestro equipo siempre existen personas que actúan más a través del uso de conexiones y cuya personalidad tiende a ser más extrovertida. Esa forma natural de aprovechar es Magnificar. Por otro lado, vemos a aquellos cuya personalidad es más introvertida, quienes suelen manejarse a través de los datos; su forma natural de aprovechar es Multiplicar. Los ocho perfiles de Talento encajan alrededor del cuadrado, cada uno con un equilibrio diferente de cómo piensan y actúan con mayor naturalidad; sin embargo, todos tienen un camino natural de ir en busca de su éxito. Liderar equipos de trabajo significa reconocer y potenciar estos perfiles.
Perfiles clave en la dinámica de equipo
Los Creadores: Creadores de producto. Esa persona generadora de ideas, soñadora y creativa, que da la visión general para entregar a otros la ocupación de los detalles y generación de procesos. Excelente para iniciar cosas, pero terribles para terminarlas.
La Estrella: Siempre creando una mejor marca. Son excelentes promotores, rápidos, enérgicos. Siempre tomando la iniciativa y dominando las conversaciones. Son oradores por naturaleza, se roban el show originado por los Creadores.
Supporter: Los líderes de equipo. Su fluidez se fundamenta en liderar a otros en procesos valiosos, involucrados activamente. Crean valor a través de las fortalezas de otras personas y son maestros en el empoderamiento de sus equipos.
Los Negociadores: Sus decisiones implican ganancias para la empresa. Tienen un amplio sentido de la oportunidad para conectar con personas y hacer negocios que generan beneficios a través del tiempo.
Traders: Compran bajo, venden alto. Tratan siempre de influir en los precios a través de una negociación dura e inmediata, con una habilidad numérica para ver las ventajas en un negocio. Entienden las tendencias de mercado para lograr inversiones provechosas.
Los Acumuladores: Son excelentes administradores de proyectos e investigadores. Perfectos para organizar y construir procesos. Buenos financieros, tendrás que justificar muy bien si quieres obtener recursos de ellos.
Lords: Controladores del valor y el flujo de efectivo. Son los que analizan minuciosamente y te darán data dura para la toma de decisiones. Aumentan el valor de cada centavo que se invierte, su máxima herramienta son los números y tienen poco tiempo para la politiquería. Son excelentes encontrando un nicho de mercado y explotarlo hasta liderarlo.
Los Mecánicos: Siempre buscando cómo mejorar el sistema. Optimizadores por naturaleza, se encargan de desmembrar un proceso y desarrollar mejores versiones. Son los que operan y dan manos a la obra a las estrategias que se plantea una organización.
Cómo liderar equipos de trabajo hacia el éxito
Ahora que conoces los perfiles de tu equipo, es crucial ubicar a cada miembro en un rol que maximice su potencial y contribuya al éxito colectivo. Liderar equipos de trabajo de manera efectiva implica crear un entorno donde cada persona pueda alcanzar su "Estado de Flujo" y operar en su máxima capacidad. Aquí te ofrezco algunas recomendaciones para lograrlo:
Reducir las distracciones: El estado de flujo no se logra con un chasquido de dedos; realmente es necesario una curva de tiempo, el cual puede optimizarse si fijamos bloques de focalización a través de técnicas de manejo del tiempo productivo, como Pomodoro. En ese momento no deben existir llamadas telefónicas, revisión de e-mails, reuniones, ni ningún tipo de interrupción. Es importante bloquear esos minutos en tu calendario y que sea un real Focus Time.
Estimula el mindfulness: A través de ejercicios que permitan relacionarse activamente en lo que está pasando en el aquí y el ahora. Es focalizarse en el tiempo presente, incrementando de esta manera el interés y la curiosidad, con un sentido de profundidad y plenitud.
Entiende el timing de tu equipo: Como te mostré en el apartado de los perfiles, cada persona es un “auténtico otro”. Lo que también repercute en sus formas de ser productivo. No todos son igual de eficientes a las mismas horas, ni todos tienen una misma velocidad de procesamiento y ejecución. No es necesario que todos estén en el mismo momento ni en el mismo lugar; debes engranar la maquinaria para aprovechar lo mejor de cada uno, sincronizando el resultado de manera efectiva.
Transforma las metas en un reto: Los objetivos de cada uno deben sentirse como un desafío personal y una manera de que así sea, es haciendo que esas metas estén alineadas con sus habilidades. Identifica y usa las habilidades de cada quien para capitalizar objetivos específicos.
Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, pensará toda la vida que es un inútil
(Albert Einstein)
Facilita herramientas para lograrlo: Los recursos tecnológicos hacen cada vez más fácil y divertido el trabajo en equipo. Mide la productividad y el tiempo de trabajo con Pomodoro, alinéalos con herramientas de manejo de proyectos, como Trello, Project, Click-up. Usa recursos que estimulen el uso de archivos de manera ágil, como Drive. Establece una interfaz para reuniones on-line. Bloquea sus Focus Times en un calendario que tenga visibilidad para todos. Liderar equipos de trabajo también significa proporcionar las herramientas necesarias para que todos puedan rendir al máximo.
¿Pero, cómo lidero a este equipo?
Como líder, debes darle prioridad a la ejecución y a la acción; para ello, lo mejor es prepararse en base a un comportamiento pragmático que se ancle a los objetivos medulares, donde tu flexibilidad y lectura de las circunstancias te permitan adaptarte para tomar decisiones asertivas. Liderar equipos de trabajo con un enfoque pragmático y adaptativo es un basamento ideal para enfrentar los desafíos del día a día.
Aunque personalmente no esté del todo de acuerdo con que “el fin justifica los medios”, sí estoy convencido de que todo líder debe estar preparado para navegar ante situaciones incómodas que le robarán el sueño. Es por eso que en la dirección de equipos, no dejo de recordar algunos consejos del padre de la reestructuración social y política renacentista Nicolás Maquiavelo, quién muy a parte de la connotación actual que se la atribuye a las acciones “maquiavélicas", valída que para dar con los objetivos que te estableces, debes actuar con planificación y astucia, excluyendo en todo momento cualquier acto de hipocresía o filosofía que no se apegue a la moral establecida.
A continuación, te presento algunos aprendizajes tropicalizados de su libro más célebre, El Príncipe:
Si las cosas van bien en el equipo, procura no realizar cambios significativos. Sobre todo cuando estás empezando con un nuevo grupo, es importante que sepas que la incertidumbre de lo que hará un nuevo líder redundará en la pregunta: “¿Qué va a hacer con nosotros?”. Por naturaleza humana, no solo habrá resistencia al cambio, sino miedo al cambio, así que mantente neutro al menos inicialmente. (“Es más fácil satisfacer a aquellos que desean no sufrir”. Nicolás Maquiavelo) Liderar equipos de trabajo implica manejar el cambio con delicadeza y planificación.
No seas un líder impuesto. Si llegas a la cabeza de un equipo sin la justificación necesaria, tendrás un liderazgo frágil. Es por ello que, de una manera directa o indirecta, todos deben saber que cuentas con las credenciales y experiencia suficiente para llevar a cabo tu rol. Liderar equipos de trabajo con autoridad legítima es crucial para obtener respeto y confianza.
Maneja a los opositores con inteligencia. Si estás llegando a un ambiente donde sabes que otros líderes son antagonistas a ti, ellos son los que deben estar cerca de ti. Maquiavelo diría que te deshagas de todos ellos, sin embargo, entender que hay pensamientos y visiones opuestas es enriquecedor; el arte está en el manejo para el beneficio mutuo. Liderar equipos de trabajo también implica manejar las diferencias de opinión para fortalecer el grupo.
Actúa con mano dura cuando sea necesario. Agrada todos los días y muestra tus virtudes en pequeñas dosis, pero cuando debas actuar con mano dura y tomar decisiones que no agraden a todos, hazlo de una vez y de manera contundente. Liderar equipos de trabajo a veces requiere decisiones difíciles y rápidas para mantener la disciplina y el enfoque.
Enseña siempre que llames la atención. No tienes derecho a llamar la atención de manera severa si no dejas una enseñanza. De lo contrario, solo será una rabieta de un jefe que no logró que se dieran las cosas solo como él lo exigió. Liderar equipos de trabajo significa ser un mentor, no solo un supervisor.
Mantén tus promesas realistas. No caigas en las típicas promesas idealizadas como “Todo será mejor”. El miedo al cambio y las expectativas irreales pueden sabotear tu liderazgo. Liderar equipos de trabajo también implica ser honesto y realista en la comunicación con el equipo.
Convierte a los neutrales en aliados. Si ya identificaste a tus fieles seguidores y tus detractores de valor, el paso siguiente es convencer a los neutros; ellos son tu verdadero objetivo. Liderar equipos de trabajo requiere construir alianzas dentro del grupo para fortalecer la unidad.
Sé humano, pero no demasiado. No aburras con tu lado bueno ni con tu filantropía. Humanízate mostrando que también tienes defectos y costumbres mortales. Liderar equipos de trabajo con un toque humano pero manteniendo la profesionalidad es esencial.
Prepárate para los tiempos difíciles en la abundancia. Aprovecha las épocas de abundancia para prepararte para los tiempos de recesión. La vida en una organización es cíclica. Liderar equipos de trabajo también implica planificación a largo plazo para enfrentar tiempos difíciles.
Escucha a pocos, pero escucha bien. No todo el tiempo puedes tener tus oídos abiertos para todo el mundo, pero a los que desees escuchar, debes hacerlo con amplitud, coherencia y humildad. Liderar equipos de trabajo también requiere discernimiento en a quién escuchar y cómo aplicar los consejos recibidos.
Sé flexible ante los problemas. Tu capacidad de adaptación al cambio te hará fuerte. Liderar equipos de trabajo con flexibilidad es fundamental para superar desafíos inesperados.
Liderar equipos de trabajo no es algo sencillo, depende en parte del criterio y formación del líder, la lectura situacional de la organización y la habilidad de sacar lo mejor de cada integrante del equipo. No lo dejes solo a tu intuición; es importante conseguir un modelo que te indique de una manera sencilla y confiable las fortalezas de los integrantes, en función de aprovecharlos de la mejor manera y, aún más importante, lograr la estabilidad y el estado de flujo en cada uno.
De tu éxito como líder, solo hablará tu equipo cuando no estés y, por supuesto, los resultados que generes. ¿Qué desearías que dijeran de ti?
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Fuentes: https://theknowledgegym.com
MAQUIAVELO, N. (1998 edición): El Príncipe. Madrid. Editorial Espasa
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