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  • Foto del escritorGonzalo Castañeda

Evita las malas decisiones gerenciales y mejora la toma de decisiones

Actualizado: 26 ago

Comenzaré diciéndote que la única manera de tomar buenas decisiones gerenciales es haber sentido el sabor amargo de vivir las malas. Sin embargo, no podemos esperar a tener una racha negativa sin hacer algo al respecto. Si miras atrás, tu récord positivo en toma de decisiones puede que no sea una maravilla, por lo que seguir únicamente tu instinto o hacer un profundo análisis será de gran ayuda, pero un buen proceso sí.


FlowTime | Decisiones gerenciales

Todo parece indicar que la toma de decisiones gerenciales está estrechamente relacionada con las emociones y estados de ánimo (Lempert y Phelps 2015), condición de la que ningún gerente, como ser humano, está exento. Sin embargo, el futuro de una organización no puede estar condicionado por los altibajos emocionales de una persona, ya que podría conducir a tomar decisiones impulsivas que sumen dificultad adicional al proceso. Por otro lado, no podemos prescindir de las emociones (es imposible), ya que de alguna manera nos ayudan a dar el paso que se necesita para seleccionar un camino, luego de colocar en una balanza las posibles opciones. (Wu, Sacchet y Knutson, 2012). Al final del día, debemos vivir con ambos y usarlos de una manera conveniente. 


Existen varios métodos y modelos que logran encaminar un proceso de toma de decisiones. La gran mayoría coincide que el aspecto fundamental inicial es llevar a cabo un análisis exhaustivo del entorno, donde la recopilación de información es uno de los aspectos más importantes para fijar posición o perspectiva ante una situación, para posteriormente actuar en consecuencia. Yo opino que antes de elegir cualquier método, lo fundamental es hacer una pausa - el típico “cuenta hasta 10”-, en la cual te sugiero te tomes todos los segundos, minutos o días necesarios para sentar cabeza. Esta parte es la más difícil de todas, ya que como dice Dwight D. Eisenhower "Las decisiones más urgentes, raramente son las más importantes" y es cuesta arriba cuando las emociones predominan, afectando negativamente las decisiones gerenciales.


Aprovecha la pausa para construir perspectiva en tus decisiones gerenciales


Tú, gerente, no estás solo en este juego, pero sobre tus hombros puede recaer la responsabilidad de qué camino elegir. Mi recomendación es que nunca tomes una decisión que implique riesgos de manera solitaria. Aprovecha la pausa y si es necesario convoca a tu equipo de confianza y contrasta tus supuestos, identificando a lo que los hermanos Heath denominaron “Los cuatro villanos de la toma de decisiones”, quienes se encargarán a toda costa de nublar el camino, reduciendo así tu probabilidad de éxito en las decisiones gerenciales. A continuación te los presento:


  • La visión estrecha: Este villano se encarga de poner unas gringolas en tu cabeza para que solo veas pocas opciones: ¿Compro? o vendo, ¿Despedimos al pasante? o lo dejamos, ¿Me separo de mi socio? o continúo. En este sentido, cabe hacer un esfuerzo por mover el foco en varias direcciones y ampliar la cantidad de opciones. Unir las puntas entre dos o más alternativas donde inicialmente no viste conexión. Cambiar el “O” por el “Y” en aquellas situaciones donde las opciones sean positivas y paralelamente ejecutables. (¿Estudio? o trabajo por ¡estudio Y trabajo!.). Plantear sesiones de brainstorming para descubrir otras salidas existentes y decidir teniendo en cuenta el coste de oportunidad es esencial en las decisiones gerenciales.


  • Sesgo de confirmación: De forma natural queremos encontrar información que confirme nuestros supuestos. Si te das cuenta, hasta las preguntas que hacemos en mesas de trabajo en muchas ocasiones se formulan para obtener las respuestas que queremos escuchar, acompañándolo con un lenguaje corporal que incita a que aplaudan nuestras creencias. Si ya tomas conciencia de esto, es importante que promulgues en el seno de tu organización el desacuerdo constructivo, dando una apertura cómoda para que las ideas opuestas tengan cabida. Por otro lado, es una práctica sana plantearse seriamente lo contrario a lo que pensamos e identificar las variables que pudieran ser valederas en aras de recabar información fidedigna que nos permita tener herramientas adicionales. Usa las preguntas abiertas, reta a tus instintos y pon a prueba tus ideas. Si no consigues oposición, puede que lo que estás pensando no sea la solución correcta para tus decisiones gerenciales.


  • La emoción a corto plazo: Las emociones pasajeras impulsan decisiones que son un desastre a largo plazo. La mejor recomendación es tomar distancia, desconectarse para no ser seducido por esos impulsos distractores. Esas emociones se apalancan en dos factores: en primer lugar, nos gusta lo que nos resulta familiar, lo que nos hace acceder de una manera fácil con un mínimo de razonamiento. Y número dos, todos tenemos aversión a la pérdida, ya que estas son más dolorosas en escala que el placer de ganar y es por eso que huiremos de decisiones que son dolorosas pero necesarias. Tomar distancia te permite ver claramente las dimensiones reales del problema al cual te enfrentas en tus decisiones gerenciales.


Hay una técnica inventada por Suzy Welch, periodista especializada en finanzas de la revista Businessweek, llamada El Análisis del 10/10/10. Este es uno de los consejos más simples para la toma de decisiones gerenciales cuando sabemos que la emoción desmedida es detectada. Para usar esta técnica, coloca esa decisión incierta en tres marcos temporales: ¿Cómo me sentiré con esta decisión dentro de diez minutos?; ¿Y cómo lo veré dentro de diez meses? ¿Y en diez años cómo me sentiré?. Hacer estas preguntas te ayudará a equilibrarte en el marco emocional (Heath. 2012), lo que hoy se siente como intenso, en el futuro puede ser borroso. Realizar este ejercicio no te dará herramientas definitivas para darte la perspectiva adecuada a largo plazo, pero garantiza que la emoción desmedida no sea predominante en tus decisiones gerenciales.


  • El exceso de confianza: Creemos que somos expertos prediciendo el futuro, bien sea por experiencias pasadas, por estudios o hechos ocurridos con otras personas u organizaciones. Pensar que las circunstancias pueden cambiar, convirtiéndose en amenazas que se pueden hacer realidad, debe hacernos reflexionar que el futuro no es un punto, realmente es un abanico de posibilidades que en consecuencia se transforman en un abanico de resultados. El plantear varios escenarios (por ejemplo: pesimista, esperado y optimista), ayuda a visualizar lo que puede preverse, dándonos un coeficiente de seguridad que construyan una red salvavidas en caso de que las cosas no salgan como queremos, ayudándonos así a sobrellevarlos. Acotar el futuro en posibles escenarios nos ayuda a prepararnos tanto para la adversidad como para la definición de los próximos pasos en caso de éxito. Por otro lado, de ser posible, te recomiendo realizar pequeños experimentos que pongan a prueba tus creencias. Esta manera de tantear los supuestos es realmente útil ya que te incita a probar cosas, retando tus teorías y mejorando tus decisiones gerenciales.


Un proceso de decisiones gerenciales normalmente se desarrolla de la siguiente manera: Te encuentras en un camino que se ramifica, observas y analizas tus opciones, adquieres una postura al respecto, tomas una decisión, actúas y vives con las consecuencias.

FlowTime | Decisiones gerenciales

Es importante hacer conciencia de que en la toma de decisiones gerenciales, la información que alcanzas a obtener es solo lo que una linterna lograría alumbrar de un objeto dentro de una habitación oscura de dimensiones desconocidas. Basados en este ejemplo, es tu responsabilidad lograr perspectivas adicionales que logren visualizar distintos ángulos del problema, dando así información necesaria para definir una postura. Quiero recalcar que la inclusión de tu equipo y la apertura para escuchar sus puntos de vista (Ver: Claves para dirigir equipos de trabajo) es la clave para darle aún más luz a esa habitación y tener una visión más clara del problema a resolver.

Los cuatro villanos por lo general están presentes como fantasmas, es importante saber que andan sueltos para usar herramientas y metodologías que nos permitan combatirlos eficazmente y así incrementar nuestras posibilidades de éxito al dirigir el timón de nuestro barco mediante decisiones gerenciales bien informadas.


En FlowTime nos encargamos de aportar esas herramientas, permitiéndote manejar situaciones donde la toma de decisiones gerenciales bajo situaciones críticas así lo exigen. Incrementa tu habilidad, haz de la toma de decisiones una práctica intuitiva que forme parte de tu esquema de trabajo, haciéndote brillar como un líder eficaz y confiable.

En algunas ocasiones la parte más difícil de tomar una buena decisión, es saber que hay que tomarla.

Heath



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